Buena pregunta. Una compatriota que reside en Buenos Aires me remitió esta duda y voy tentar responder las múltiples razones de este “por que”
1.- Uruguayos en Sao Paulo existen. Por ende, estamos muy dispersos. Esta ciudad es una mega estructura urbana, donde conviven 12 millones de habitantes en un solo municipio. Rodeado de una periferia de otros 31 municipios, que suma mas un 50% de habitantes y un territorio 3 o 4 veces mayor que el territorio uruguayo. Sabe lo que cuesta organizar una reunión presencial? Un montón!!!
2.- La legislación brasilera que regula las Asociaciones Civiles Sin fines de lucro (Ong´s), es amplia. Una ONG puede ser formada a partir de dos personas, posee una personería jurídica y está habilitada a efectuar convenios con el Gobierno para ejecutar política publicas tipificadas y proyectos socio-culturales en áreas y temas que estime. El Estado Uruguayo no reconoce eso y condiciona la libre organización de los emigrantes uruguayos para representar la defensa de sus reivindicaciones ciudadanas. Ni las Naciones Unidas, impone condición alguna a cualquier ONG que quiera participar de las deliberaciones de cualquier política pública que trate en su plenario.
3.- Aquí, «Consejos Consultivos» es mala palabra. Cuando se habla de consejos, se habla de Consejos Deliberativos. O sea, delibera y decide las prioridades de la política pública que trata en su debate. Las resoluciones de cualquier Consejo, tienen fuerza de ley. Eso es precepto constitucional. En todas las esferas de gobierno, en todas las áreas, los Consejos Deliberativos son señal de democracia participativa.
4.- Los cuatro “Encuentros de Emigración y Ciudadanía” confirma este pensamiento. Poco se ha avanzado. A lo que se puede preguntar: existe una agenda de deliberaciones ?; existen ejes temáticos prontos para debate?; existe compromiso del Estado Uruguayo en implantar esta agenda y estos ejes temáticos? Hasta hoy, solo hubo buenas intenciones y apelaciones emotivas cargada de nostalgia. Nada de reconocimiento de a la ciudadanía de la diáspora uruguaya.
El emigrante uruguayo, poco se reconoce como emigrado; y poco reconoce sus derechos, ya consagrados internacionalmente, que son muchos y están vigentes. Derechos que el Estado Uruguayo se comprometió a respetarlos. De ello poco cumplió y demasiado violó.
Por ende, si esta actitud persiste, el Estado Uruguayo va ser siempre acusado (hoy lo es) de violador de DDHH ante la Comisión y en la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. Ambito jurídico internacional, donde debe responder por la “Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares”
Estimo que la política para emigrantes uruguayos nació de un gabinete y nunca fue deliberada con la participación de los consejos. Exactamente por ser consultivos. O sea: los emigrantes uruguayos somos convidados de piedra, que hasta hoy “mendigan”, una atención del Estado Uruguayo. Pero que si, mucho le interesa sobre el destino nuestro dinero. Prefiero ser orejano.
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